Chavin de Huantar


La cordillera blanca no es el único atractivo accesible desde la ciudad de Huaraz, también hay muchos otros atractivos y uno de ellos es el complejo arqueológico correspondiente a la cultura Chavin.  Localizada en un profundo valle y a pocas horas de Huaraz se logra un encuentro con los restos de la cultura del jaguar, para acceder aquí se puede hacer por transporte local o por medio de los tour guiados que se brindan.  El primer atractivo que encuentras en el camino es la laguna Querococha localizada a una altitud de 4069 m.s.n.m. y donde hay una preciosa vista de la laguna con montañas nevadas al fondo, sigues avanzando por el camino y llegas a la parte mas alta del camino a 4516 m.s.n.m donde te encuentras un túnel que te lleva al valle siguiente y que según los locales si logras aguantar la respiración durante el trayecto se te cumplirá un deseo, por supuesto que aguantar el trayecto del túnel a 4516 mts de altitud es algo mas apropiado para los locales que para los forasteros.
Luego de bajar por una carretera que se retuerce en las faldas de esas montañas llegas al lugar esperado, al pueblo heredero de los restos de la grandiosa cultura Chavin cuyas representaciones asocian rasgos de los felinos. Se paga por entrar y uno de los atractivos principales es el gran templo construido con rocas, y que tiene la particularidad de tener cámaras y habitaciones en su interior demostrando su habilidad para la construcción por parte de esta cultura, y que según los expertos y estudiosos del área los sacerdotes accedían a esas cámaras sin la ayuda de candelabros ni lámparas, se hacia  el recorrido en el interior del templo gracias a la ingestión de la planta sagrada San pedro, que agudiza la visión en gran medida, a pesar de que en el interior no había luz de ningún tipo, es en una de estas cámaras donde se encuentra el muy popular “lanzon”. Otra particularidad del templo eran los canales de agua en su interior, la cual hacían circular en grandes cantidades y con cámaras acústicas y pequeñas aberturas (una especie de flauta gigante de agua) podían hacer que se generaran sonidos con el agua, e incluso cambiar los tonos de los “rugidos” tapando algunas de estas aberturas tal como en un instrumento musical, tales rugidos los sacerdotes se lo asociaban al dios que vivía en el templo, y sus tonos reflejaban el estado de animo del Dios, de esta forma se lograba un verdadero control por parte de la elite al pueblo, pero la iniciativa es definitivamente genial, además de demostrar sus grandes conocimientos hidráulica.
El gobierno Japonés apoyo el legado histórico de esta parte del Perú y colaboro en la construcción de un excelente museo histórico, la cual es de entrada gratuita y que conserva excelentes piezas de exhibición como las cabezas con rasgos felinos rescatadas del templo esculpidas en piedra, algunos lanzones y muchas representaciones en piedra muy propias de esta cultura andina tan diferente a la inca.
Para imágenes las puedes ver en mi web en el siguiente link:

http://edgarmiranda.photoshelter.com/gallery/Chavin-de-Huantar/G0000fhWsFPvC3nE/

y aquí algunas fotografías






























































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