Palenque

 

Palenque, Chiapas, Mexico

Era el año 2013, y después de un día de viaje desde Guatemala por una ruta por el Petén, habíamos llegado a Palenque, lugar místico y precioso. Llegamos un poco tarde y solo nos quedó esperar al día siguiente para hacerle un recorrido.

Caminar desde el pueblo al área arqueológica es genial, lo haces a través de una calle rodeada por la selva enfrentando una pequeña pendiente donde las ansias se disparan y la humedad del ambiente te hace sudar a montones. Pero al llegar y entrar al área arqueológica lo primero que se despliega es el Templo de las inscripciones, la tumba del gran Pakal.

 


 

Con la selva bordeando el parque arqueológico, las primeras horas del sol de la mañana son mágicas, la luz penetra la niebla y crean un despliegue de luces, sombras y misterio. Siempre encontrarás personas dispuestas a darte un tour explicativo, algunos con información oficial, otros que lo hacen para ganarse la vida y te cuentan una historia que no pueden probar y tu no puedes revocar, decidimos no buscar un guía y recorrerlo por nuestra intuición.

Cada ciudad Maya tiene su característica que la hace única, en el caso de Palenque, aunque es fantástico el templo de las inscripciones, y sea la única pirámide por ahora encontrada donde está enterrado un gobernante Maya, me parece más fabuloso el Palacio contiguo a ella, El Palacio fue diseñado para desenvolver actividades, mientras que el templo de las inscripciones es mucho más limitado. Este palacio, una especie de castillo alto, muestra que estuvo finamente ornamentado en sus mejores tiempos, exquisitas figuras formadas en estuco, patios internos y Jeroglíficos en sus paredes, cámaras que se intercomunican a través de ventanas en forma de T, en forma de Cruz, una torre que sobresale del castillo…. sin duda una estructura fascinante. 






 












Una gran cantidad de edificios en forma de pirámides rodean el área principal, parecen haber tenido funciones específicas al estar hermosamente ornamentados, también tienen un juego de pelota, tan tradicional de estas ciudades. Uno de los detalles que hay que comprender previamente de Palenque, es que solo está expuesta una fracción de la ciudad, en esa frondosa porción de selva que la rodea una red de hermosos afluentes de agua completamente cristalina que recorren las laderas de esa colina, en algunas partes hermosas cascadas y edificios ocultos por los árboles de la selva cautivan los senderos que los mexicanos han preparado para el recorrido de los visitantes. Uno de los elementos que más me cautivo fue un monolito, erigido en el nacimiento de una fuente de agua, muy sencillo, pero su presencia nos deja suponer que la conexión entre el pensamiento de los antiguos habitantes de Palenque y el agua era algo sagrado… pero es solo una suposición

 






















 




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