Maras Y Moray

Uno de los lugares más hermosos que visite en Perú.  Un pueblo en las afueras del Cusco que parece detenido en el tiempo, con sus casas centenarias y calles casi desiertas que dan la impresión de que ya no hay gente en ese lugar, dinteles de las puertas labrados en roca y montañas nevadas como vista desde cualquier punto de la ciudad. En las afueras grandes extensiones de campo cultivado, la mayoría con el sudor del hombre y la fuerza de los bueyes que preparan  el terreno para la nueva siembra. Muy cerca desde ahí las salineras, que desde el tiempo de los incas suministran sal, la cual se suple de fuentes salinas que brotan repentinamente a un costado de un acantilado. Las fuentes de agua aquí son tan saladas casi como el mar, y estas aguas son canalizadas por pequeños canales que distribuyen el agua por los diferentes reservorios donde esa se evapora y deja atrás la sal contenida donde es aprovechada aun hoy por los locales.
Desde el pueblo hacia los campos en dirección contraria a la carretera principal se accede a los campos de cultivo, donde para esa temporada estaban en época de siembra, niños adultos y mujeres trabajan en conjunto en la producción de su sustento, y esa es una de las razones por la que no se encuentran muchas personas en el pueblo.  Un poco más adelante se encuentra unas grandes estructuras legadas por los incas, el lugar conocido como Moray del cual dicen que sirvió como área agrícola experimental, y donde sus diferentes niveles sirven para provocar una pequeña diferencia de temperatura lo cual serbia para introducir cultivos ajenos al área.
Lo más interesante de maras es la sensación de amplitud que percibes, la visita ininterrumpida a las montañas y el fantástico clima benigno de la región, que por cierto, muchos visitantes pasan por alto.
Aquí algunas imagenes






































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